Verónica y su camino de transformación

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Hoy en día, nos llega información y leemos todo el tiempo lo que hay que hacer, pero pocas veces sabemos qué tan bien le funciona a otros seguir estas herramientas de apoyo para el crecimiento profesional.

Verónica llegó a mi un día que me escuchó hablar en una conferencia. Algo que dije le resonó y me buscó para explorar la posibilidad de que le apoyara en algo que la tenía atorada, o como digo yo enclutchada. Reñía constantemente con su jefe y discutían por temas que en ocasiones ella sabía que tenía razón pero en el momento que él le opinaba diferente, ella ya lo tomaba personal y se cerraba ante cualquier posibilidad de dialogo más tranquilo.

La verdad es que se volvía muy cansado todo el tiempo, era como sacar el escudo y la espada de la bolsa en el momento que lo veía venir. Lo peor del caso, es que otros a su alrededor opinaban igual, su jefe era una persona difícil y esto le daba poder a Verónica para escudarse mas en la posición del reflector hacia enfrente. Jamás se le ocurrió que podría voltear ese reflector hacia ella y analizar qué era lo que realmente pasaba.

En situaciones del día a día, cuando estás lleno de estrés y persiguiendo objetivos, olvidamos hacer una pausa y ver no solo cómo nos sentimos, si no cual es nuestra contribución a la situación. Tendemos a creer que no somos nosotros y solo volteamos a juzgar y observar lo que hacen otros a nuestro alrededor.

Cuando Verónica y yo hicimos un trabajo de reflexión profunda, destacando su experiencia, talento, y lo que ofrece como valor, empezó a sentirse mucho más segura y empoderada. Dejó de pensar que cuando su jefe opinaba diferente, era una lucha personal, si no una simple opinión que contribuía a enriquecer diferentes posibilidades.

Descubrió, que cuando se ponía a la defensiva, se estaba dando permiso a dudar de ella misma y de lo que puede aportar, también se cerraba a escuchar y a entender que su opinión no era la única que se podía tomar en cuenta.

En el proceso de transformación, su energía automáticamente se transformó y descubrió en su jefe a un gran aliado, alguien con quien tenía bastantes cosas en común y que sentía el apoyo y consideración por lo que ella aportaba en el día a día en su área.

Este proceso es complicado y no siempre se puede descubrir solo. Verónica encontró que cuando te dejas llevar por lo que quieres oír, es más cómodo pensar que el que está mal es otro. Esos comentarios de sus compañeros, que si lo analizas, lo fácil es opinar en negativo de alguien más antes de voltear a verse uno mismo. Cuando emprendió este camino de transformación, dónde reconoció lo que sí le molestaba pero desde donde venía, y que no todo mundo piensa como ella, descubrió una mejor forma de colaborar, generar un compromiso y una comunidad donde mas cabezas generaron un mejor resultado.

Estos momentos son difíciles para muchos, sin embargo, pienso que siempre hay momentos en nuestra vida profesional que hacen difícil salir adelante. Cuando le damos permiso a la duda, cuando perdemos la confianza y olvidamos todo lo que hemos logrado, el camino que hemos recorrido y lo que ese aprendizaje suma a nuestra experiencia profesional, se vuelve fácil criticar al de enfrente, cuando es más difícil auto evaluarse y darte cuenta de esto o siempre es fácil.

El camino de transformación de un profesional, es cuando se eleva su presencia ejecutiva a un momento de equilibrio, de conectar con emociones y lograr influir en otros para que las cosas sucedan por un bien común.

Cuéntame… ¿Alguna vez te ha pasado?

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