El otro día fui a la embajada americana a sacar  la visa de mis hijos. Todos sabemos lo estricto y complejo que puede ser este trámite. Llegamos muy temprano con todos los papeles necesarios, solo para darnos cuenta cuando íbamos llegando al inicio de la fila, que por error imprimimos la aplicación en lugar de la confirmación de solicitud de visa. Nos sugirieron que tendríamos que entrar a internet e imprimirlo. Ahí mismo había un café internet en dónde lo podíamos hacer.

El que te recibe para usar la computadora te dice que  el precio, bastante caro por cierto, no incluye asesoría para usar la computadora.  Una vez dentro de el sitio web, no lograba entrar a la sección adecuada y le pregunté al encargado, el me indicó que continuara hacia abajo.  La señora a mi lado  le hizo la misma  pregunta y él  no le hizo caso.

Entiendo que el empleado tenía que atender a mas gente que llegó solicitando la computadora. También entiendo que no puede perder tiempo con todos los clientes enseñando el paso a paso. Sin embargo, era algo muy sencillo de responder. Mi marido terminó de imprimir mis datos mientras  yo le ayudé un poco a esta señora antes de irnos. Era algo muy simple que no me tomó más de un minuto.

Salimos bastante rápido y contentos de poder entrar por la visa y apuesto a que la señora también se sintió mejor de saber que podía seguir avanzando.  Apoyar a otros es civilidad, misma que hemos estado perdiendo en nuestra vida cotidiana, con las prisas, con las multitudes, con los tiempos apretados y sobre todo con la falta de actitud de las personas hacia nosotros.

Reconsideremos tener civilidad. Pregonar con el ejemplo, provoca que el resto de las personas también respondan en forma positiva y hace más fácil la vida para todos. No hay gritos, no hay insultos, no hay desconsideraciones. Podríamos dejar de ignorar a los que nos rodean y dejar de estar  pendientes del celular o la computadora. Hoy en día, en lo profesional, un líder tiene y proyecta consideración con los demás a través de etiqueta y civilidad.

Si alguien es agresivo con nosotros, hay que buscar no reaccionar de igual modo e intentar respirar antes de contestar con la misma agresión. Si alguien te dice no puedo ir a jugar futbol después de la oficina, no insistir o chantajear con argumentos de que sin él, no se junta el equipo, eso también es falta de civilidad.

Cuántas veces cometemos los siguientes errores:

• Ser invasivos con los demás: Preguntas demasiado personales o tomar cosas sin pedirlas prestadas.
• Ignorar al guardia del edificio sin un saludo.
• No dar las gracias cuando tu secretaria te entrega un informe.
• No apreciar el trabajo de un subordinado.
• No llegar a tiempo a todas partes: considerar el tiempo de otros no solo el nuestro.

Estos son solo ejemplos que pueden parecer triviales, pero que demuestran que las personas tienen civilidad cuando uno toma el tiempo de ser considerado.

En el Libro del Dr. Forni, “Choosing Civility”, menciona las 25 reglas de consideración y buena conducta, a continuación las enlisto.  Un verdadero líder domina estas acciones, esto proyecta su habilidad y capacidad de desenvolverse profesionalmente.

1. Poner Atención.
2. Reconocer a otros.
3. Siempre pensar lo mejor.
4. Escuchar.           
5. Incluir a otros.
6. Hablar con bondad.
7. No hablar mal de otros.
8. Aceptar cumplidos.
9. Respeta aunque sea un “no” sutil.
10. Respeta la opinión de otros.
11. Cuida tu cuerpo.
12. Se  agradable.
13. Baja el ruido, redescubre el silencio.
14. Respeta el tiempo de los demás.
15. Respeta el espacio de los demás.
16. Pide disculpas.
17. Se asertivo.
18. Evita preguntas personales.
19. Atiende a tus invitados.
20. Se un invitado considerado.
21. Piensa dos veces antes de pedir favores.
22. Evita quejas innecesarias.
23. Ofrece y acepta consejos constructivos.
24. Respeta el medio ambiente y se considerado con los animales.
25. Acepta tu responsabilidad y culpa no se la revires a otro.