¿Cómo le explicas a otros que tu mensaje no verbal está mandando una señal que no querías mandar cuando ya es demasiado tarde? En sesiones individuales con mis clientes, cuando revisamos los temas de lenguaje no verbal, siempre pongo el ejemplo de cuando prenden el aire acondicionado y sobre todo las mujeres, suelen cruzar las manos por el frío y para quién está dirigiendo una junta o hablando, puede ser percibido como hostilidad.
Toda la comunicación se complementa con las señales que mandas a través de tu lenguaje no verbal y eso puede ser lo que determine el resultado de una negociación. Si no estás consciente de tu postura, de cómo estás apretando los puños, de tus gestos al hablar y sobre todo de tu disposición mental, el mensaje que mandas puede ser recibido de forma opuesta a cómo realmente lo mandas. No siempre es lo que dices, si no cómo lo dices.
Te pongo un ejemplo, cuando vas a una entrevista de trabajo, tu entrevistador, estará haciendo una evaluación general de tu persona, desde antes de pasarte a su oficina. Desde cómo estás sentado en la recepción podrá empezar a hacer un juicio de qué esperar de ti. Así que no solo por tu curriculum y por las preguntas que te hace y cómo las contestas, si no por tu postura, observará detenidamente la posición de tus manos en la mesa y tu reacción ante preguntas difíciles. Muchos jóvenes recién egresados olvidan que esto influye mucho en el criterio que usarán para ver si los contratan o no. Esto requiere consciencia y práctica y si no lo tienen presente puede afectar a la hora de la decidirse.
En debates de personajes políticos, es un buen foro para notar cuando están tensos o no quieren contestar algo. También las entrevistas de periodistas a candidatos o directores generales por situaciones de crisis normalmente provoca que su actitud no sea positiva, su lenguaje no verbal los delatará al no tener una mentalidad clara y tranquila; esto hace que los que escuchan la entrevista duden de la credibilidad de la misma. Hay muchas ocasiones que esto puede no ser cierto, pero estar consciente de tu postura y tu manera de hablar, puede evitar que tu mensaje sea mal interpretado y que te asegures que la intención de tu comunicado sea entregada correctamente.
Hay personas que cruzan sus brazos recargados en la mesa, imaginen esta postura en una sala de juntas con miembros de consejo. Esta señal manda un mensaje de demasiada comodidad, desinterés o rechazo ante la información. Al estar sentado en tu escritorio, en un auditorio, simplemente al caminar, los que te observan, formarán criterios, justos o no, de lo que pueden esperar de ti como profesional y tu manera de enfrentar retos en situaciones de crisis.
Manejar conscientemente tu lenguaje no verbal en todo momento, es una habilidad de una persona con un alta presencia ejecutiva. Es una persona que tiene presente lo importante que es su mensaje profesional y lo que puede implicar en los resultados de lo que emprende. Si has olvidado poner atención a tu lenguaje no verbal, es momento de que ahora lo hagas, sobre todo si quieres sobresalir. Recuerda que no siempre tienes tiempo de explicar lo que realmente querías proyectar.
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