Recientemente estuve platicando con mi sobrino de 20 años que me dijo: “Tía, nosotros somos la nueva generación” y nuestras ideas se van a empezar a imponer, ya lo que existe o ha existido siempre, se va a sustituir con esta nueva tendencia de pensamiento”.
Me encanta oír lo que la gente joven tiene que decir y las energías y ganas que tienen de salir al mundo y hacer de este un mejor lugar. Sin embargo, todos los que ya pasamos por ahí y lo que la experiencia y el tiempo nos ha enseñado, sabemos que esto no es suficiente.
A esa edad queremos imponer nuestras ideas y enseñarle a la gente con mas seniority, todo ese conocimiento fresco que acabamos de aprender y por qué debe ser bueno implementarlo. Esto no necesariamente se puede hacer así de un momento a otro en el mundo laboral, ya que primero tienes que aprender en la práctica lo que se espera de ti, y luego aplicar estos conocimientos o ideas.
Cuando me topo con gente muy joven en las empresas a las que voy a dar pláticas y los oyes diciendo que la forma de vestir no importa en los negocios o que los tatuajes son las nueva modalidad y no importa mostrarlos, me doy cuenta que hay una gran labor para poder compartir la herramientas que los van a llevar al éxito.
Algunas de estas personas empiezan a reconocer que por vestirse demasiado relajados, provoca un estereotipo ante los ojos de los demás. Aceptan que los empiezan a etiquetar como muy despreocupados, no tan capaces todavía de tener un crecimiento profesional. Quieren empezar a demostrar que quieren crecer y que se merecen puestos de mayor relevancia.
Esto lo tienen que proyectar para ser congruentes con esas metas y es cuando deciden transmitir una marca personal de liderazgo. Una vez que comprenden que junto con sus ideas y sus nuevas tendencias, lo pueden comunicar a través de su imagen y llegar al éxito más rápido.
Pretender que no importa cómo vistes, cómo te comportas, cómo te comunicas con otros, es simplemente cegarte ante las oportunidades de crecimiento que tienes frente a ti. Es importante como gente joven, no ser tan impulsivo, tener prudencia, saber observar, aprender todo lo que puedas, y reconocer que hay cosas que seguirás aprendiendo en el camino. Está es la clave más importante para alcanzar el éxito.
Por eso me gustaría recomendarle a esta nueva generación tener cuidado con las señales que mandan:
- La ropa muy relajada afecta la credibilidad o el mensaje que estás proyectando. Le dice a otros que en tu forma de vestir, el que importa eres tú y tu comodidad, lo demás es irrelevante.
- Recuerda que los tatuajes pueden mandar señales cruzadas, no es el mensaje que pensaste cuando te lo pusiste, es lo que provoca en otros al verlo.
- Comunicarte de forma agresiva o contestar constantemente en defensa propia, solo por imponerte con colegas, jefes o peor aun con clientes, perjudica tu imagen como profesional y tus habilidades para relacionarte con otros.
- Llegar tarde, no cuidar que tus uñas estén bien cuidadas, tu barba crecida, llegar con el almohadazo a trabajar, afecta directamente en la diligencia y responsabilidad que proyectas.
Decidir que tus formas e ideas son las que vas a imponer, no es tan fácil como crees. La experiencia y sabiduría de los que te llevan camino andado, se complementan con los conocimientos de la “nueva generación”, pero no te confundas creyendo que tu vas a cambiarlo todo, esto puede afectar qué tan rápido te integres y crezcas en la vida laboral.
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Ale Marroquín, es consultor en imagen y protocolo de negocios. Certificada por la Asociación Internacional de Consultores en Imagen (AICI) como FLC (First Level Certificate). Con casi 20 años de experiencia en áreas de ventas y relaciones con clientes, Ale Marroquín, asesora a las personas para transformar sus habilidades en áreas de comunicación, liderazgo, comportamiento, actitud y apariencia profesional. ¡Transformando la imagen y comunicación en las personas! www.alemarroquin.com twitter @a_marroquin