En un día a día, es muy fácil tener desacuerdo con otras personas. Estoy segura que la mayoría de las veces es falta de comunicación. Y cuándo estás en la mejor disposición de empezar a trabajar con energía te llega una contestación de alguien de forma directa y agresiva. Tu primera reacción es defenderte y contestar con la misma agresión y ganar la pelea.
Si te sientes identificado con una situación así, muchas veces son nuestros mismos clientes que deciden ajustar cuentas de forma injusta. En otras ocasiones es un colega que sentimos que solo está buscando la oportunidad de ver cómo nos molesta. Entonces sientes que la ira se apodera de ti y te preparas para contestar con todo lo que tienes. De ninguna manera vas a permitir que te traten así o que se expresen de tal forma de tu trabajo. ¡Claro que eso es personal!
El problema de permitir que la IRA te gane, es que seguramente tus contestaciones no están pensadas fríamente y en la mayoría de los casos, sueles usar palabras que pueden sonar ofensivas o retadoras. Ya sea que la otra persona realmente estuviera buscando pleito, acaba de encontrar con quién pelear. Si es un cliente, seguramente, aunque tengas la razón, vas a perder, ya que este tiene el poder de cancelarte la cuenta o pedir un cambio para ser atendido por alguien más. El malo del cuento vas a ser tú.
Si es un colega, es muy probable que desgastes la relación y que si trabajan en equipo, impidas que lleguen a los objetivos ya que han debilitado la relación y su comunicación.
¿Te has detenido a pensar que tal vez estés exagerando el tema y que puedas estar malinterpretando las cosas? Si la otra persona no lo hizo consciente, lo único que lograste es empezar una guerra de palabras que te hayan expuesto demasiado con tu enojo a la otra persona. Estar a la defensiva puede parecer que es un reflejo de inseguridad y te etiqueten al instante.
Suponiendo que sea a propósito. ¿Qué ganas al seguir el pleito? Una solución del problema o simplemente demostrar quién tiene el poder o la última palabra. Tal vez sientas que te ayuda a crear una imagen de un profesional poderoso, que sabe enfrentar adversidades, y no te das cuenta que solo disminuye tu credibilidad y la capacidad que tienes para controlar ciertas situaciones.
La próxima vez que sientas que alguien te agrede injustamente, no olvides dejar pasar unos minutos o inclusive unas horas antes de contestar o reaccionar. Si tu enojo no soluciona nada y solo desgasta la relación, no seas tu quién pierde el estilo, la clase y el control. Contesta pausadamente, cuidando tus formas y en ocasiones, podrás ver cómo no era tan grave como lo percibiste en un principio. Recuerda el dicho que dice “El que se enoja, pierde”, y ponte a pensar que siempre tienes más que perder que ganar. Reflejar tu imagen con temple ante la adversidad, habla muy bien de cómo enfrentas el resto de tu vida profesional. Piensa dos veces antes de reaccionar.
Foto “© [Lasse Kristensen] / [PhotoXpress]
Ale Marroquín, es consultor en imagen y protocolo de negocios. Certificada por la Asociación Internacional de Consultores en Imagen (AICI) como FLC (First Level Certificate). Con casi 20 años de experiencia en áreas de ventas y relaciones con clientes, Ale Marroquín, asesora a las personas para transformar sus habilidades en áreas de comunicación, liderazgo, comportamiento, actitud y apariencia profesional. ¡Transformando la imagen y comunicación en las personas! www.alemarroquin.com
