Vengo entrando de mis vacaciones familiares este fin de año. Estuvimos paseando por Canadá y aunque nevó e hizo mucho frío, no fue nada comparado con los extremosos climas que suelen haber en ese país, así que tuvimos suerte. Descansé más mentalmente que físicamente porque después de estas vacaciones, luego uno piensa que necesita asuetos adicionales para reponerse del ajetreo.

Y justo pasa, mentalmente te desconectas tanto que cuando regresas quizá pienses cómo vuelvo a empezar o dónde retomo lo que dejé pendiente del año anterior o simplemente me presento a trabajar y espero que me vaya cayendo el trabajo poco a poco.

En lo personal, el cierre de año sirve como parámetro  para que puedas medir cómo alcanzaste las metas que te fijaste, pero eso no quiere decir que o al final empieces a frenar la velocidad o que al inicio de año empieces lento.

Si por ejemplo te fijaste metas en un año que cumpliste a la perfección, sabes que puedes estirarlas un poco más este año y subir el estándar. Si no te exiges un poco más, es el riesgo de caer en zonas de confort y en rutinas, es alto. Al asumir que como pudiste cumplir con esos objetivos, entonces inconscientemente ya no te esfuerzas un poco más. Es por eso que hay que pedirse más. Recuerda que al tener tus metas por escrito, es más probable que las lleves a cabo, comparado con que lo tengas solo en tu mente. Las metas no escritas se pueden quedar ambiguas o abstractas, hay que escribirlas, visualizarlas y trabajar para alcanzarlas. También asegúrate que son específicas, medibles y alcanzables.

En base a esta última idea, el siguiente paso después de definir tus metas con fechas y que estén muy claras, es tu mentalidad o actitud positiva. Si tu mismo al decretar tus metas empiezas a dudar de tu capacidad, de tu posibilidad de alcanzar objetivos de lo difícil que puede ser, entonces te va a costar mucho trabajo cumplir con estos objetivos.

Para empezar, recuerda siempre pensar en “¿Qué tengo que hacer para lograrlo?” por el contrario de pensar “Creo que esa meta es complicada de alcanzar”. La base más importante para conseguir eso que te propones, es detenerte a repetirte diario “Sí Puedo” dos veces al día, y decir si voy a alcanzar estas metas. Imagina eso que quieres conseguir como si ya lo tuvieras. Mientras te lo repitas y te concentres en la posibilidad de lograrlo, tu energía positiva va atrayendo posibilidades y va armando caminos que te permiten alcanzarlo.

Cómo dato de anécdota, justo escribiendo este blog, me llaman del banco sobre un crédito hipotecario que tengo tramitando desde junio del 2016. Ya autorizado todo para firmar papeles y escrituras, el banco me avisa que siempre no me puede prestar todo el monto y que tengo un día para decidir por que si no me suben la tasa. Mi primer reacción fue alarmarme y preocuparme por que el tiempo lo tenía encima, y en el instante, me cae el veinte que justo estoy escribiendo un blog sobre como lograr objetivos, como alcanzar lo que te propones y no pensar en lo difícil que puede ser. Así que le di “Cancelar, cancelar, cancelar” a mis preocupaciones, me propuse buscar alternativas y otras opciones y en menos de un rato ya tenía varias posibles soluciones.

Claro que la mentalidad y actitud no es magia, es un trabajo de todos los días, de mucha dedicación y empeño de ponerle pasión a lo que haces, de pensar que todo se va a ir acomodando de acuerdo a tus posibilidades y que lo que sea que te estás proponiendo se va a lograr.

Así que ya sabes, no esperes al lunes, no esperes a que avance el año, no esperes a agarrar vuelo, proponte esas metas, llénate de energía y alcanza esos objetivos, trabaja duro y tenaz, visualiza tus metas y sobre todo trabaja con tu mente, que es la base para lograr lo que te propones. Estoy segura que tendrás excelentes resultados.