Recientemente un amigo me sugirió que escribiera en mis publicaciones el tema de la retroalimentación entre colegas o jefes. Esto con el fin de darte cuenta si tu comportamiento y la imagen que proyectas a través de éste, es el adecuado en lo profesional. Coincidentemente, platicando con un colega, sugirieron que a era importante, cuando alguien llega a la cima, saber como lo perciben otros alrededor con el fin de saber si su liderazgo está mandando el mensaje correcto.
La retroalimentación siempre es buena por que si caes en tu zona de confort, no te das cuenta que la rutina y la costumbre no te permiten ver vicios ocultos, que pueden afectar tu desempeño laboral y tu comunicación hacia otros.
Algo muy importante es estar abierto a escuchar lo que otros te tienen que decir. No es tomarlo personal, por que no se trata de eso, sino de ver cómo puedes mejorar para progresar y seguir creciendo profesionalmente. Adicionalmente, si son cosas fáciles de modificar, y eso permite mejorar tus relaciones con otros y por consecuencia, llegar a las metas en equipo, qué más te da ser receptivo y escuchar.
Si mejora tu comunicación sólo por modificar tu comportamiento, como escuchar la idea completa de otros, o halagar el trabajo de tus subordinados a través del reconocimiento, etc. el resultado final es a tu favor. En otras ocasiones he comentado como todos necesitamos de otros para obtener resultados, si la retroalimentación ayuda para mejorar las relaciones con otros, hay que estar abierto a escuchar.
Aun así, también es cierto, que automáticamente, tememos un mecanismo de defensa que hace que no nos guste oír en qué nos equivocamos y cómo lo hicimos mal. Sobretodo, porque ya pasó y no hay forma de regresar el tiempo. Y por eso, la proalimentación, quizá sea una mejor solución. ¿Cómo es esto?
En lugar de decirle a una persona qué hizo mal y por qué lo hizo mal, por que no decirle cómo hacerlo mejor. No te detienes con el dedo en la llaga y le recalcas el error que cometió sino que haces sugerencias de cómo fortalecer y mejorar las faltas cometidas en el pasado. Esta es una buena forma de no engancharte y no hacer sentir mal a las personas. Al contrario, así los motivas e invitas a intentar hacerlo mejor a través de soluciones.
Si un jefe constantemente te recrimina por lo mal que haces tu trabajo y eso te desmotiva, detente a pensar que quizá tu jefe piense que esa es la forma de estirarte para hacerlo mejor. Tal vez no se de cuenta que al ser negativo esta provocando una reacción negativa en tu comportamiento. Hay que proponerle que el equipo trabaja mejor con retos y con motivación positiva. En lugar de sentir un castigo por no cumplir, por qué no mejor proponer un premio una meta satisfactoria, un bono o un reconocimiento por haber cumplido.
Le estás proponiendo cómo hacerlo mejor en el futuro en lugar de cómo lo hizo mal en el pasado. Es muy fácil engancharte y caer en malas rachas y por ende, reaccionar negativamente.
Piensa la diferencia, si crees que a la persona que le vas a dar retroalimentación se va a sentir agredida, dile qué sugieres para que mejore. El resultado deseado es el mismo, que todos obtengamos información de otros de cómo me perciben. Si quieres seguir consiguiendo éxito en lo profesional, debes estar abierto a escuchar lo que otros tienen que decir con el fin de seguir creciendo. Recuerda que en muchas ocasiones, esta rutina o costumbre que me hace tener vicios ocultos, quizá haya permitido que llegues a la cima, pero no sea lo que haga que te mantengas ahí.
Foto “© [Marzky Ragsac Jr] / [PhotoXpress]
Ale Marroquín, es consultor en imagen y protocolo de negocios. Certificada por la Asociación Internacional de Consultores en Imagen (AICI) como FLC (First Level Certificate). Con casi 20 años de experiencia en áreas de ventas y relaciones con clientes, Ale Marroquín, asesora a las personas para transformar sus habilidades en áreas de comunicación, liderazgo, comportamiento, actitud y apariencia profesional. ¡Transformando la imagen y comunicación en las personas! www.alemarroquin.com twitter@a_marroquin
