No puedes cambiar a quién no quiere hacerlo.

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Últimamente muchas personas se acercan conmigo y me dicen entre broma y broma, “¿Por qué no le haces una consultoría en imagen a fulano y por que no le ofreces un estudio y le das unas clases a perengano?” El tema de la consultoría de imagen no funciona así.

Es como ponerse a dieta, las personas que quieren bajar de peso y comer más saludable, solo lo pueden lograr si es que así se lo proponen. La dieta puede ser maravillosa, sin embargo depende de la voluntad de uno de comprometerse a esa disciplina para conseguirlo. Y así, es lo mismo con el ejercicio, si no vas al gimnasio constantemente, no vas a tener resultados ya que no basta con intentarlo.

Es lo mismo con una transformación o cambio en tu imagen.  En ninguno de los anteriores, cambias tu esencia, sigues siendo la misma persona dispuesta a mejorar tus hábitos alimenticios y de salud. En el caso de tu imagen, va a depender qué es lo qué quieres mejorar y si estás dispuesto a hacerlo. Es cuestión de cambiar ciertos comportamientos o rutinas al hacer las cosas, y aún así, sigues siendo la misma persona.

Cuando ofrezco seminarios y conferencias, se han acercado a mi personas a decirme que por qué tiene que ver su  forma de vestir, lo que importa es el el desempeño de su trabajo. Hay otras personas que por su forma de reaccionar ante ciertos hechos, se aceleran muy pronto o se enojan con colegas y clientes o no terminan de escuchar ideas y lo toman personal.  Esto perjudica la percepción que tienen otros de ellos aún cuando mantengan puestos importantes.

Todos tenemos algo que mejorar. Cuando llegas a un lugar, por más exitoso que seas y por más camino andando y experiencia que tengas, siempre puedes modificar o intentar mejorar para seguir siendo exitoso o para lograr mantenerte en esa posición.

Los típicos vicios ocultos que se van formando en el tiempo y con la rutina, desde hacer caso omiso a lo que un colega tiene que decir por que siempre opina sin sentido.  Dejar de escucharlo, es perder la oportunidad de que pueda aportar algo con valor. Tu actitud puede impedir que sigas escalando en lo profesional. Puedes tener mucha energía y empuje para lograr las cosas, pero partir de la base que el único que lo hace bien y que todos están mal, es un prejuicio que puede impedir que sigas creciendo.

Las personas no hacen las cosas mal adrede. Si está en ti poder modificar la forma en que te diriges a ellos para sacar lo mejor que tienen dentro, y así lo reconoces, puedes empezar en intentar ser más asertivo y por consecuencia, lograrás mayor crecimiento profesional. Todos dependemos de otros para crecer, si todos están mal, el resultado final es malo y eso significa que tú también lo hiciste incorrectamente.

Insisto en que no se trata de cambiar tu personalidad y tu esencia, simplemente con un poco de humildad, reconocer todo para lo que eres bueno, y todo aquello en lo que puedes mejorar que te ayudará a crecer.  Un jefe, colega o tu pareja, te puede comentar o sugerir qué es lo que te puede hacer una mejor persona. Si tu decides que no es importante y que no puedes modificar tus actitudes, comportamientos o tu manera de vestirte para lucir como un profesional, nada se puede hacer.

Los que están a tu alrededor se forman una imagen de quién eres, si te niegas a ver la posible proyección futura que significa estar abierto a nuevos conocimientos y retos, tus jefes quizá prefieran sacarte de la jugada o no promoverte. Si llegas a obtener un puesto alto con poder y no cuidas el mensaje que mandas a través de tu marca personal, es probable que no te mantengas ahí por mucho tiempo. Recuerda que no solo se trata acerca de ti, se trata del equipo del cual formas parte y de las metas y retos futuros que te propongas.  ¿A dónde quieres llegar? ¿Qué tan dispuesto estás a alcanzar el éxito y qué tanto tiempo quieres mantenerlo?  Si no estás dispuesto a cambiar y mejorar, tampoco estás dispuesto a crecer.

Foto “© [Laurent Hamels] / [PhotoXpress]

Ale Marroquín, es consultor en imagen y protocolo de negocios. Certificada por la Asociación Internacional de Consultores en Imagen (AICI) como FLC (First Level Certificate). Con casi 20 años de experiencia en áreas de ventas y relaciones con clientes, Ale Marroquín, asesora a las personas para transformar sus habilidades en áreas de comunicación, liderazgo, comportamiento, actitud y apariencia profesional. ¡Transformando la imagen y comunicación en las personas! www.alemarroquin.com twitter@a_marroquin

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