Reconocer los errores o pasarlos por alto: Lo que define tu presencia ejecutiva.

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Esta semana pasamos un mal momento con los vecinos, se inundó su baño y se traspasó el agua a mi departamento provocando que se hiciera un boquete en el techo y esa misma agua echó a perder el piso del cuarto afectado.

Gravísimo por todo lo que significa, traer trabajadores para arreglarlo, el costo económico que eso significa y el desgaste emocional. En el momento en que el agua seguía cayendo y subo a ver qué estaban haciendo para controlar que siguiera cayendo el agua y no hubiera más daños. Estaban esperando a que alguien les trajera una bomba para aspirar el agua…Esperando… y el daño iba en aumento.

En un principio traté de ser paciente hasta que se empezó a desplomar el techo y fue cuando les insistí con voz más enérgica, que no era una cuestión de esperar, era una cuestión de hacer y actuar por que el problema crecía. La persona que estaba a cargo de controlar esto, me contestó que entendía mi frustración y que iba a moverse más rápido, no me dijo qué iba a hacer pero mostró empatía con mi estado de ánimo y no me quedó de otra más que esperar a que se solucionara.

Más tarde el dueño del departamento bajó a ver los daños y a asumir la consecuencia, no trató de evadir la responsabilidad y sobre todo, estaba apenado por todo lo que esto significaba. No le echó la culpa a nadie, no trató de evitar cubrir los gastos, no hizo nada más que dar la cara y pedirme tiempo para arreglarlo.

¿Por qué les cuento esto? Porque el saldo final es que estamos tranquilos, no hay más nada que hacer que ir viendo como se resuelve, y la manera en que asumió su responsabilidad y error, me hizo pensar en el tema profesional. Cuántas veces hemos visto que alguien trata de evadirse cuando comete un error, le echa la culpa al departamento de al lado por no entregar a tiempo o define como ajeno a sus competencias o factores externos cuando algo se complica.

En el momento en que esto sucede y has otros afectados, lo primero que habla de tu presencia ejecutiva, es cómo enfrentas estas situaciones. Por ahí leí que cuando Margaret Thatcher estaba como ministro de Gran Bretaña, dijo que a las personas se les medía como una bolsa de té en agua hirviendo. La manera en que te desempeñas en momentos de crisis es lo que habla de la calidad de tu liderazgo y de tu capacidad para enfrentar retos y situaciones complicadas.

Seguro tienes alguien en mente que cuando se trata de dar la cara y asumir la responsabilidad de un error, tratan de evadir acusando a otros o simplemente pidiendo que los liberen del estrés, argumentando que ellos no fueron y dejando de ser empáticos con los que afectan. Esto provoca malestar, provoca desconfianza y hace que dejen de respetar el liderazgo de esta persona y la calidad de la organización a la que pertenecen.

Cuando un profesional reconoce su error, es empático y propone acciones a tomar para enfrentar la situación, deja tranquilos a otros, sabiendo que están siendo considerados y que al final, el daño ya está hecho, eso ya no se puede solucionar, lo que si se puede hacer es ver cómo de manera efectiva, se proponen soluciones.

¡Así que siempre piensa que más vale una colorada que varias descoloridas! Por supuesto, intenta evitar cometer errores, te pueden perdonar una, ya después, tendrá otras consecuencias.

Foto Dreamstime

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