¿Qué más les puedo contar acerca de la tarjeta de presentación que no sepan?  Si les cuento que la primera impresión es importante, quizá muchos me digan que ya lo saben. Sin embargo, es importante a través de tu branding personal, definir claramente  lo que quieres proyectar.

Muchas personas deciden incluir absolutamente toda la información posible en una tarjeta de presentación:  Nombre, posición, dirección, logo, slogan y por si no fuera suficiente, en ocasiones en la parte de atrás ponen también los productos a los que representan.

En otros países como en Estados Unidos, es muy común que las personas incluyan su fotografía.  Esto puede ser una herramienta útil si quieres que las personas al ver tu tarjeta días después de que la entregaste, recuerden quién eres.

Aquí  hay dos temas que me gustaría tocar: Uno es el diseño y el segundo es cuándo entregar una tarjeta de presentación.  El diseño es importante, por que tiene que ser congruente con el mensaje de tu marca u organización y lo que quiere transmitir.  En algunos casos, menos es más.  Al agregar los títulos, puestos y demás información de tu organización, el mensaje es diferente al de una persona que sólo agrega su nombre, compañía, teléfono y correo electrónico.  Se ve mucho más profesional, y es más probable que te recuerden; no es necesario incluir en esta una propuesta de todos tus servicios.

Hoy en día, y con las oficinas virtuales que muchos manejan, el correo electrónico, tu teléfono y nombre de tu organización, es suficiente. Recordar que menos es más, es importante, por que cuando hay tantos datos, se pierde el verdadero sentido de el mensaje de tu marca; a menos que en éste quieras transmitir “Exceso”.

Los colores que uses también mandan mensajes. Por ejemplo, el color de tu logo, tiene que ser compatible con el resto de tu papelería e imagen corporativa; y no puede faltar mencionar  el color de tu tarjeta.  La blanca hace que se vea más formal, la de fondo de colores, inclusive el negro, no necesariamente manda formalidad, sino un ambiente más relajado.  Así que define qué tanta seriedad quieres transmitir en tu tarjeta.

El otro punto, es cuándo entregarla. Esto es muy importante por que de esto depende que seas memorable. En el tema de etiqueta de negocios, una tarjeta de presentación se da solamente cuándo te la piden o al inicio de una reunión.  En el primer caso, es por que si alguien no está  interesado en ti o tus servicios, si se la entregas sin que te la pida, no se van a acordar quién eres. Yo que tengo muy buena memoria, no podía creer que las personas olvidarán tan rápido quién les había dado una tarjeta y al inicio de mi vida profesional, solía repartirlas como si fueran volantes. Debes esperar a que alguien se interese en ti y lo que haces para lograr una conexión sólida. Haz memoria si te has encontrado alguna vez una tarjeta que no ubiques de quién se trata.

En una reunión de negocios, es normal que se entreguen en un inicio para que puedan dirigirse por nombre con todos los participantes presentes en dicho evento.  Al sostenerse una reunión, cuando intercambias información, se hace una conexión, así otros saben quién eres y por que guardan tus datos (aún así hay personas que no se acuerdan).

La tarjeta es pues, parte de tu branding personal y del mensaje que quieres mandar. Analiza hace cuánto tiempo no revisas que ésta sea congruente con cada detalle de tu marca: color, tipo de letra, cantidad de información, slogan. Ahora pregúntate, ¿Estoy siendo memorable?

Foto “© [Andy Dean] / [PhotoXpress]

Ale Marroquín, es consultor en imagen y protocolo de negocios. Certificada por la Asociación Internacional de Consultores en Imagen (AICI) como FLC (First Level Certificate). Con casi 20 años de experiencia en áreas de ventas y relaciones con clientes, Ale Marroquín, asesora a las personas para transformar sus habilidades en áreas de comunicación, liderazgo, comportamiento, actitud y apariencia profesional. Acelerando el potencial de las personas.  www.alemarroquin.com twitter @a_marroquin