Me viene una sonrisa a la cara acordarme de este tema.  Cuando al inicio de mi carrera, sobre todo cuando batallábamos en conseguir una cita con alguien, a veces no hablábamos para confirmarla por temor a qué te dijeran que siempre no.

Entonces decidíamos ir al lugar acordado a la hora pactada, corriendo el riesgo de que no nos recibieran. Asumíamos que era mejor comprometer a quién nos había dado la cita, aún cuando sabíamos que era probable que no quisiera vernos.  Todo con tal de que no nos cancelaran.  Si ya estás ahí, ni modo que no te reciba.  Aún as,í había muchos que de igual manera llegando te avisaban que no podían atenderte. Cuando el celular apreció cómo herramienta de trabajo, entonces te marcaban en el camino para cancelarte.

Después de mucho tiempo y más experiencia y seguridad, te das cuenta que lo que haces es muy valioso. Tu trabajo es tan respetado como el de la persona a la que quieres ver.  Siempre voy a recomendar e insistir en confirmar antes para que no pierdas tu tiempo innecesariamente y lo ocupes en ir a ver otro cliente o buscar otra cita.

Cancelar una reunión de un momento a otro es tan malo como cancelarla constantemente.  El tema de la emergencia o contratiempo, una vez, lo entiendes perfecto, a todos nos puede pasar.  Cuando es más de dos veces seguidas, no es más que mandar un mensaje que lo que estás cancelando, es mucho menos importante o que no te interesa. Por consecuencia, eso es lo que transmites aunque no estés consciente de ello.

Si desde un principio crees que no te interesa, es mejor decírselo a la otra persona así de directo y claro.  Si un vendedor insiste en que le otorgues tiempo, ya va a depender de sus habilidades para convencerte, pero eso no te da derecho a cancelarle de último momento.

Respetar el tiempo de otros, sobre todo cuando estuvimos de acuerdo, habla de tu seriedad y diligencia. Habla de una persona considerada de los demás. En el puesto que sea, dónde quiera que estés, jefe, proveedor, cliente, deja mucho que desear de tu comportamiento y consideración a otros, el que canceles de último momento.  Esto habla claramente de tu  falta de interés y de que estás siendo egoísta sólo por pensar en ti y lo que a ti te concierne.

Lo digo en todo sentido, si haces una cita para el salón de belleza y decides no llegar, seguramente dejaste ese espacio sin ocupar y la persona que te iba a atender deja de percibir un ingreso.  Todo este tipo de servicios, doctores, consultores, organizan su tiempo y que tu no llegues es un costo de oportunidad para ellos.  En el momento en que decides no ir, no tomas en cuenta ese detalle.

Cancelar o no llegar a un evento social, cuando ya habías confirmado, a menos que sea algo que no está en tus manos, también es una falta de consideración para quien organiza el evento.  Hay costos que considerar por cada persona que va, y quizá dejen de invitar otras personas.

Si eres una persona con alto mando, y tu tiempo es complicado, es muy normal y comprensible que haya situaciones que no dependen de ti. Re agendar y pedir una disculpa es lo correcto ante este tipo de situaciones. Te aseguro que la otra persona, lo podrá entender.  Debes hacerlo con tiempo suficiente para que se pueden organizar de nuevo y asegurarte de ofrecer otro espacio.

Cuando es alguien que te quiere entrevistar para un medio, si decides cancelar constantemente, va a llegar un momento en que ya no te van a buscar, y si eres un líder en la industria, esto puede perjudicar tu marca personal y la de tu organización. Hay un sin fin de situaciones en las que debemos considerar lo que proyecta en nuestra imagen profesional, si cancelamos continuamente o sin tiempo suficiente.

Antes de cancelar una cita, detente a pensar si es lo correcto. Medita si es de una persona considerada y que respeta el tiempo de los demás y de lo que hacen. Si de plano no está en tus manos, pide disculpas, re agenda, y procura no volver a cancelar.  Esto proyecta una impecable imagen profesional.

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Ale Marroquín, es consultor en imagen y protocolo de negocios. Certificada por la Asociación Internacional de Consultores en Imagen (AICI) como FLC (First Level Certificate). Con casi 20 años de experiencia en áreas de ventas y relaciones con clientes, Ale Marroquín, asesora a las personas para transformar sus habilidades en áreas de comunicación, liderazgo, comportamiento, actitud y apariencia profesional. ¡Transformando la imagen y comunicación en las personas! www.alemarroquin.com twitter@a_marroquin