Cuando tomamos decisiones en momentos de crisis, que a veces es de manera automática y sin conciencia, olvidamos el impacto que puede tener esto en uno mismo o en quienes nos rodean.  Tomar conciencia de lo que hacemos y cómo lo hacemos hace la diferencia en el posible resultado. 

Hoy en día con la crisis que estamos viviendo con el Covid-19, las emociones están a flor de piel: tenemos miedo, pánico, estrés, desesperación, frustración. etcétera. Grábate lo siguiente: tomar decisiones desde un cúmulo de emociones en momentos de crisis es peligroso. Por muchas razones no nos estamos deteniendo a pensar cómo realmente nos sentimos y creemos que tenemos que actuar rápidamente. 

Las personas que se encuentran en puestos de liderazgo, ya sea en organizaciones o gobiernos, deben transmitir con seguridad y credibilidad que saben lo que están haciendo y que tienen conciencia del impacto que provocan en otros lo que hacen y dicen.

Me da la impresión que las decisiones que toman algunos es bajo su propia agenda. Estar presentes y no ausentes hace que nuestra presencia ejecutiva se fortalezca ante una situación tan delicada como una pandemia.  Esto puede hacer la diferencia para lograr que el impacto de nuestras decisiones influya en colaborar en conjunto, no aisladamente. 

Cuando las personas reaccionamos, sobre todo ante emociones que no hemos logrado reconocer, es muy probable que no tengan una visión completa de lo que puede suceder. Y es que tomamos decisiones sin considerar el verdadero impacto que tienen en nosotros y en nuestro entorno. 

Hacer un ejercicio de conciencia puede hacer la diferencia en nuestra toma de decisiones: 

1. Considera el entorno, el momento y analiza cómo tus palabras y acciones tendrán impacto en mayor proporción, no solo en ti o en un pequeño grupo de interés.
2. ¿A quién más afecta esta decisión? Influye para que otras personas tengan mejores condiciones.  El lado humano debe contemplarse sobre todo cuando necesitas generar compromisos auténticos y seguidores en tu liderazgo. Si tu decisión afecta negativamente a otros, se debilita la relación y puedes perder influencia.
3. Evita ser de los que prefiere parecer firme en lugar de reconocer que puede haber otra forma de solucionar los problemas.
4. ¿Estás actuando con base a la experiencia o estás considerando el impacto futuro? Recuerda que el mundo evoluciona deprisa y que en ocasiones lo que te funcionó antes no es lo que seguirá funcionando en el futuro. Actuar con base en el pasado puede limitarte a una zona de confort que impide que pienses con conciencia plena. 
5. El sobrepensar también puede hacer que pierdas una oportunidad. El tiempo que te toma cuando no quieres que se escape ningún detalle, puede hacer que o ya sea demasiado tarde o alguien más lo haga antes que tú.

Tomar decisiones que tengan un impacto positivo no sólo en ti, sino en quien te rodea, sobre todo en gran proporción, puede hacer la diferencia para lograr salir adelante.  Esto se dará a través de nuevas ideas, nuevos retos, con creatividad y no bajo un cúmulo de emociones que te impiden pensar con claridad. La mentalidad abierta y positiva para impactar a otros y crear un mejor entorno es lo que sobresale de un verdadero líder.