A lo largo de mi carrera profesional, reconozco que tuve muchos momentos de crecimiento y de éxito. Así como también tuve muchos errores que hoy considero, se pudieron evitar.

Las buenas relaciones con las personas, también se fomentan con tus jefes, es indispensable  saber darle el lugar que se merecen. Hay ocasiones en que te cambian el jefe y no sabes quién te va a tocar. Cuando es el caso, tienes que darte la oportunidad de conocerlo y entender cómo trabaja. Uno nunca debe de hablar mal de él en público, aún cuando creamos que está mal. Para fortalecer las relaciones con ellos, es básico respetar sus acciones, nos guste o no nos guste.

Si tenemos información que aportar, lo ideal es buscar el momento oportuno de hacer sugerencias. Cuando el jefe no está dispuesto a que le digan cómo debe de hacer algo, seguramente no te va a escuchar.  En el pedir está el dar y todo está en las formas en las que presentes tus sugerencias.  Encuentra el momento adecuado para aportar tu información y es más probable que sea tomado en cuenta. No lo expongas en juntas con más personas. Pidele una cita y platicando propon tus aportaciones de manera que puedan ser consideradas.

Finalmente, el es el jefe y quién tiene la autoridad, resulta mejor, encontrar la forma positiva de hacer nuestros comentarios que imponerlos y romper el vínculo. Discutir o ir en su contra, no va ayudar a construir mejores relaciones.

Probablemente tengas buenas sugerencias, que se pueden perder por  no   hacerlo correctamente. Es por esto,  que le tienes que dar su lugar a tus jefes y no solo a ellos, a todos tus colegas.  Hay que buscar las formas correctas de hacer llegar nuestras comentarios y proponer positivamente.

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