La historia de quien ante la adversidad logra destacar con resiliencia

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Hace poco tuve la fortuna de conocer a un grupo de mujeres en un curso que ofrecí para apoyar a empoderar a la mujer.  Una de las participantes es una mujer que tiene su propia empresa. Siempre estaba muy dispuesta a compartir, participar y contar sus propias experiencias. Era una mujer con resiliencia.

Yo solo logré conocer de ella en sus participaciones que era muy exitosa en su negocio y que algo había pasado. Sus otras compañeras mencionaban de lo mucho que había logrado “con todo y su problema”.

Por prudencia, nunca pregunté y así quedó. Terminamos el curso y todos nos despedimos felices.

Unos meses después me la encontré en una reunión y estuvimos platicando.  Ahí fue donde me enteré que cuando era chiquita la atropellaron. Esto le dejó una secuela importante. Le tuvieron que hacer varias operaciones de cirugía estética en la cara, pero además le dejó una consecuencia neurológica donde de pronto le vienen ausencias importantes que no puede controlar o evitar.

Se me puso la piel chinita de saber la historia. Ya que de verla, siempre arreglada y preocupada por aprender y participar, de convivir y hacer nuevas conexiones, de tener una energía que se contagia, nunca me hubiera imaginado que tenía un tema que le afectaba.

Esta historia me dejó muy pensativa. Oímos miles de historias de personas que se quejan porque no los promueven. Porque les tocó la mala fortuna de una desgracia cercana y eso ya es suficiente para lamentarse y achacarle la responsabilidad por nuestra falta de progreso.

¿Cómo hacemos uso de la resiliencia?

Conocer personas como ella, que no se detuvo ante esta tragedia, y buscó la forma de hacer su negocio, hacer que fuera exitoso, ser independiente, seguir buscando aprender y buscar conexione para que su negocio crezca sin echarle la culpa a su situación. Eso, es tener resiliencia.

Siempre he dicho que la gente que destaca es la que va más allá de lo normal para sobresalir. No es la que espera a que le caigan las oportunidades. No es la que se escuda en pretextos para justificar su falta de resultados. El que por sus talentos y habilidades, sin importar sus áreas de oportunidad, sale adelante es aquel que tiene el mérito de tener éxito.  Esto requiere esfuerzo y sacrificio, más trabajo de lo normal. Claro que esto es de cada quien. Habrá quien no le interese tener un negocio o subir más en la escalera profesional. El problema no es ese, el tema es cuando le echan la culpa a sus circunstancias por no lograr objetivos.  Como diría Stephen Covey, “Yo no soy producto de mis circunstancias, yo soy producto de mis decisiones”.

Resiliencia y enfrentar el fracaso o los obstáculos que se presentan, es una característica de una persona que demuestra liderazgo y una presencia ejecutiva de éxito.  Que nos sirva de lección, antes de echarle la culpa a algo o alguien para avanzar o tener resultados positivos, pensemos mejor en qué depende de nosotros para lograrlo.

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