Cuando mi hijo estaba en kinder se ponía muy  nervioso antes situaciones que no sabía cómo manejar y lloraba. La maestra le explicó un día que Las Palabras Te Hacen Fuerte, para motivarlo a hablar en lugar de ponerse nervioso y saber comunicarse.

En el ámbito profesional y personal, tiene algo de cierto esta frase, pero hay que saber “Cuándo” y “Cómo” emplear estas palabras. Hablar de más o no dejar hablar a otros, puede ser contraprudecente. Claro que estás expresando lo que piensas, pero hay que saber en qué momento interactuar. Para empezar, interrumpir a otros y tu tomar la palabra, es muestra de descortesía hacía la otra persona. Puede parecer que no te interesa lo que tienen que decir.

Hay que permitir  que la otra persona hable. Así puedes escuchar todo lo que tu interlocutor quiere decir. El se va a sentir importante por que le estás prestando interés a su conversación y además vas a lograr tener empatía y por consecuencia fortalecer la relación.

Las palabras te hacen fuerte siempre y cuando lo que digas sea pensado y con sentido, sobre todo en situaciones en dónde es más importante escuchar. Por ejemplo: En una junta de trabajo, expresas que no estás de acuerdo con el nuevo esquema de ventas. Opinaste y tu comentario además de negativo no aportó una solución. Si por el contrario dices: “Ahora que detallaron el plan, yo sugiero que podamos contemplar otra opción que también incrementa las ventas”. En este último ejemplo, también expresaste lo que piensas de manera positiva y con una solución. Aquí las palabras sí te hacen fuerte.

Cómo puedes ver no quiere decir que siempre te quedes callado, solo que tienes que saber qué decir y cuándo decirlo. Te invito, aprende a escuchar y las palabras que digas después, seguro Te Harán Más Fuerte.

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