En temas de comunicación, el que pretende tener la verdad absoluta suele minimizar los comentarios de otros, con tal de imponer su “Verdad” y esto suele debilitar relaciones con otros además de que manda señales que no escucha lo que en realidad están diciendo otros.
Muchos no se dan cuenta que a través de su forma de expresar, están minimizando lo que otros tienen que decir y solo están alejando a esa persona de manera que la relación no se fortalezca.
En el libro de “Multipliers” de Liz Weismann, habla del líder multiplicador, aquel que fomenta, promueve y estira a la gente a que participe y comunique, y el disminuidor, que no siempre es intencional, pero que a través de sus acciones y comunicación minimiza las acciones y voluntades de otros debilitando la relación y su propio liderazgo.
Cuando tu no estás de acuerdo con alguien, es bien importante no etiquetar a la persona y no usar adjetivos que etiqueten su pensamiento, por que lo que único que estás demostrando es que lo que tú tienes que decir es correcto y lo que otros tienen que decir no. Te muestras superior y construyes una barrera dónde mandas señales de superioridad. Sobre todo cuando lo haces en público y eso lo único que provocas es humillar a esa persona frente a otros por tus comentarios.
Nadie tiene la verdad absoluta, si tu piensas diferente lo tienes que verbalizar de esa forma “Opino diferente” a diferencia de decir “No puedo creer que estés haciendo ese comentario” (implícitamente estás diciendo que su forma de pensar no es la correcta).
Por el contrario, si te encuentras frente a personas así, es importante mantener tu inteligencia emocional y no perder la compostura, sobre todo por que en ocasiones estas personas no tienen consciencia de que su forma de comunicar es agresiva y que puede parecer personal. El que cree que tiene la verdad absoluta, solo está pensando en lo que tiene que decir y no en el daño que puede ocasionar a otros. Si tu reacción ante alguien así es defensiva, puede ser en contra tuya, ya que tener presencia ejecutiva significa tener humildad, pensar claro antes de reaccionar y no caer ante las provocaciones, que en muchas ocasiones son involuntarias y que demuestren tu temple en situaciones de estrés.
Así que si conoces a alguien que siempre quiere tener la verdad absoluta, no lo tomes personal, trabaja desde antes en estar alerta a no caer ante este tipo de provocaciones, reacciona con calma y guarda silencio.
Si crees que tú eres el que siempre quiere tener la razón, haz un examen de conciencia si lo que quieres es imponer tu voluntad o si puedes simplemente modular tus expresiones para incluir otros en lugar de alejarlos. Si no estas de acuerdo con alguien, no quiere decir que el otro esté mal. Recuerda que cuando tienes un nivel alto en tu organización, y no cuidas tus formas, otros empezarán a dejar de opinar, de cooperar, de tener voluntad para evitar estas confrontaciones, y la carga de trabajo es para ti; el trabajo en equipo disminuye y las posibles ideas y aportaciones también.
Constantemente necesitamos de otros para lograr objetivos, estamos construyendo y fortaleciendo relaciones para poder alcanzar metas. Cuida tu forma de expresar y recuerda que no siempre es necesario tener la verdad absoluta y que siempre es necesario rodearte de gente que se sienta influenciada por ti.
