Investigando esta frase, descubrí que en España se dice "Inventar la pólvora" y en Cuba "Inventar el agua tibia". ¡Todos los días se aprende algo nuevo! Y de eso se trata mi publicación de hoy, que se relaciona con mi artículo anterior "Ya lo sabía".
¿Por qué contratar un consultor?
Una de las razones para contratar un consultor es porque siempre hay temas desconocidos para uno. Ya sea porque no es tu área de experiencia, porque hay demasiada información allá afuera o simplemente porque lo olvidaste. Un consultor, coach, mentor o asesor te guía y acompaña para encontrar o reencontrar el camino hacia tus metas en menos tiempo.
No inventamos la rueda, la hacemos girar mejor
No inventamos el hilo negro, sino que compartimos herramientas probadas y objetivas para que las apliques y alcances tus objetivos profesionales más rápido. De lo contrario, puedes tardar más en conseguir esa promoción, ese nuevo reto o emprender con éxito.
Yo misma tengo un mentor que me guía cuando me desvío, porque es fácil caer en la rutina y olvidar lo que nos diferencia. No significa que no sepamos que existen esas herramientas, sino que olvidamos cómo usarlas eficientemente.
La consistencia es clave
Muchos esperan que las asesorías revelen algo revolucionario, pero a veces se trata de reconocer si estás utilizando las herramientas adecuadas de forma constante.
Piensa en acciones cotidianas que afectan tu imagen profesional: afeitarte, vestirte adecuadamente, cuidar tu lenguaje corporal y estado de ánimo. Todos sabemos que son importantes, pero a veces las descuidamos.
Ejemplos de éxito
Este año, dos clientas gerentes fueron ascendidas a directoras gracias a su esfuerzo y a la aplicación de herramientas que les ayudaron a crecer. Otro cliente está nominado a director tras 25 años en la compañía, demostrando que siempre hay espacio para crecer.
El mundo de los exitosos
La gente exitosa mantiene altos estándares y es consistente. Los líderes saben que hay que hacer sacrificios para sobresalir. Depende de ti lograr tus metas.
Así que cada vez que pienses "Eso ya lo sé", recuerda que siempre hay espacio para mejorar. ¿Tus acciones, apariencia y comunicación reflejan una presencia ejecutiva de éxito?
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